El Mercedes SL 500 mide 4,81 metros de largo y 1,88 metros de ancho. Medidas que le dan una presencia imponente. Como lo es la prominencia del capó con respecto al resto del habitáculo como ocurre en los grandes deportivos. De tal modo que el conductor y su acompañante se sitúan en la parte central/trasera del vehículo.
Es un biplaza cuyo acceso es relativamente cómodo a pesar de ir pegado al suelo. La apertura de la puerta es amplia al igual que el espacio para los dos ocupantes. Viajan con comodidad dos pasajeros de 1,95 metros de altura. Buena parte de culpa la tienen los asientos eléctricos con un sinfín de reglajes para que los pasajeros encuentren su posición ideal.
La posición de conducción es muy cómoda. Todos los instrumentos son legibles independientemente de cual sea la intensidad de la luz solar. Y los mandos son los típicos de Mercedes: el ordenador de a bordo y el audio se manejan desde el volante; detrás de él en la parte izquierda hay dos palancas, una para el limpiaparabrisas y los intermitentes, y otra más abajo para el limitador y el control de velocidad de crucero adaptativo.
A la derecha del volante, en el centro del salpicadero está la pantalla multifunción. Debajo hay una infinidad de botones para manejar el navegador, el audio, el teléfono o las diferentes memorias. Más abajo hay una hilera de botones para la calefacción/ventilación de los asientos y para el sistema Airscarf. Este expulsa aire caliente hacia el cuello de los ocupantes desde unos orificios situados entre el respaldo y el reposacabezas.
Debajo se sitúan los mandos del climatizador dual. En la consola central está la palanca de cambios, muy pequeña y práctica. A su izquierda está el botón para elegir el modo de conducción que puede ser Eco, Sport o Manual (el cambio es automático pero permite al conductor subir y bajar marchas a través de las levas situadas detrás del volante).
Detrás de la palanca de cambios, hay otra fila de botones para modificar la suspensión y la respuesta del vehículo. Si se pulsa uno de ellos, se pasa de modo Confort a modo Sport. Otro botón que sirve para levantar el vehículo unos diez centímetros. Es muy útil a la hora de entrar a un garaje o para pasar los incómodos badenes. Hay un último botón por el que al pulsarlo nos aparece en la pantalla una silueta del coche y podemos apreciar las fuerzas G (de gravedad).
Los mandos para el reglaje de los asientos eléctricos se sitúan en el lateral de la puerta. Esta colocación es más cómoda que en el lateral de la banqueta. Jaguar también utiliza esta posición.
Maletero y huecos para el equipaje
Tras los respaldos de los dos asientos hay hueco para llevar dos mochilas normales. La capacidad dependerá de la altura de los dos ocupantes. También hay un cofre para guardar cosas pequeñas. El maletero varía su capacidad en función de si el vehículo va capotado o a cielo descubierto, ya que la capota se aloja en el maletero como ocurre en la mayoría de los vehículos con techo rígido retráctil. Con la capota puesta la capacidad es de 356 litros y se reduce a 235 litros al ir descapotado.
Capota
El techo del SL es rígido, es decir, del mismo material que el resto de la carrocería. La unidad probada incorporaba techo panorámico de cristal. Los mandos de la capota se sitúan a la derecha de la palanca de cambios bajo una tapa revestida en piel. El techo se abre o se cierra en veinte segundos. Es recomendable hacerlo con el vehículo parado, ya que en marcha el mecanismo se bloquea si se sobrepasan los 8 km/h, una velocidad irrisoria.
Para poder plegar el techo es necesario antes bajar una bandeja situada en el maletero que delimita el espacio para la carga y el hueco donde se coloca la capota.
Por lo general, cuando se circula con la capota plegada, al abrir el maletero e intentar sacar el equipaje resulta imposible. Mercedes incorpora un sistema en el SL muy práctico. Mediante un botón colocado en la parte izquierda del maletero, la capota plegada se levanta lo suficiente para poder retirar el equipaje.
Insonorización
El Mercedes SL está muy bien insonorizado cuando se va capotado. Apenas se notan los ruidos aerodinámicos. De igual modo, es un descapotable muy cómodo para circular a cielo abierto. Además, la profundidad de la luna delantera, junto al paravientos eléctrico (que emerge detrás de los respaldos de los asientos pulsando un botón situado junto a los mandos que accionan la capota), y a los asientos calefactados y al sistema Airscarf permite ir descapotado aunque la temperatura exterior sea de entre 10 y 15 grados.
La burbuja que se crea en el habitáculo permite que los dos ocupantes del SL mantengan una conversación a velocidad alta sin elevar el tono de voz. También el ocupante puede hablar por teléfono sin problema e incluso escuchar música sin tener que subir el volumen.
Mecánica y prestaciones
La versión probada es la SL 500. Cuenta con un motor de gasolina de ocho cilindros que da 435 caballos, asociados a un cambio automático de siete velocidades y a la tracción trasera. Es capaz de acelerar de 0 a 100 kilómetros por hora en 4,6 segundos, una cifra que hace que al acelerar a fondo, los ocupantes se peguen al respaldo.
Mercedes asegura que el SL ha reducido su peso en hasta 140 kilos con relación a la generación anterior de este modelo, lanzada al mercado en 2008. Se debe a la utilización de aluminio en la carrocería y chasis. Además, el Par motor (la fuerza que transmite el motor a las ruedas motrices) aumenta hasta los 700 Nm.
Todo ello se traduce en un mejor tacto de conducción. Es un deportivo que ha mejorado las sensaciones al ir alegre. Es mucho menos torpe que su antecesor. Una vez acostumbrados al tacto de la dirección y al tiempo de reacción de acelerador y frenos, el disfrute aumenta si se usan las levas del volante.
En tramos sinuosos de montaña es donde más se disfruta de este SL. Tiene mucho aplomo y apoya bien a la entrada de las curvas. Sale con bastante rapidez siempre que no entre el control de estabilidad y tracción. Es ágil pero es un Mercedes. Por tanto, ha ganado en deportividad, pero no es un deportivo extremo como un Nissan GTR o un Porsche 911. Ahora bien, resulta cómodo para realizar grandes viajes por autovía. Durante la prueba realizamos 900 kilómetros por autopista y autovía sin que ninguno de los dos ocupantes notara el cansancio.
Del mismo modo, circular por ciudad, donde el asfalto suele ser irregular no resulta incómodo. Es más rígida la suspensión de un Mini CooperS Cabrio o la de un Audi TTRS. Para trayectos urbanos cuenta con el sistema Stop & Start de arranque y parada automática que permite ahorrar combustible.
Consumo
Mercedes homologa para esta versión 9,1 litros en ciclo combinado. Durante la prueba, la cifra clave ha sido 11 litros tras 1.300 kilómetros realizados. En los tramos de autovía y autopista (900 kilómetros) el consumo osciló entre 10,8 litros y 11,6 litros. La diferencia la marcó que el trayecto de ida era de bajada y el de vuelta de subida.
En los cien kilómetros de transito urbano a una media de 19 km/h, el consumo medio fue de entre 12,6 y 14,1 litros dependiendo de la intensidad del tráfico en Madrid.
Por último, en los tramos de montaña (300 kilómetros) el promedio fue de 13,2 litros a 51 km/h de media.
Precio y rivales
El precio del SL 500 parte de 135.000 euros. La unidad probada tiene un coste de 163.300 euros. Al precio base se le suma el paquete deportivo AMG, los sistemas de ayuda a la conducción (aviso de ángulo muerto), la ayuda al aparcamiento, el paravientos eléctrico, los asientos ventilados y calefactados, el Airscarf, el techo panorámico de cristal, la suspensión activa ABC, el sistema de sonido de alta fidelidad y la luz ambiental.
Los rivales serían el Audi R8 Spyder (150.640 euros), el Porsche 911 Carrera (131.000 euros), o el Jaguar XK Convertible (125.100 euros). Deportivos de cuatro plazas descapotables con potencias similares que podrían rivalizar con el SL, el Maserati Gran Cabrio (154.850 euros) o el BMW Serie 6 Cabrio(115.500 euros).
Las marcas de lujo también ofrecen superdeportivos de estas características pero resultan más caros. Se podría citar al Ferrari California (202.700 euros), el Aston Martin Virage Volante (240.800 euros) o el Bentley Continental GTC (211.300 euros).
Dentro de la propia marca hay que hacer mención al SLK. Es más pequeño que el SL pero no mucho. A igualdad de potencia, Límite 120 prefiere la agilidad del pequeño. Y si usted no es de los privilegiados que dispone de 163.000 euros, puede tener un SLK 55 AMG por 82.500 euros con 421 caballos de potencia y una capacidad de maletero de 335 litros, 21 litros menos que el SL pero cuyo volumen no varía en función de si se va capotado o a cielo descubierto.